Palabras de agradecimiento del P. Fernando Bravo IVE a los fieles de la Iglesia “San Pablo” en Kifissia (Atenas), al finalizar la Santa Misa dominical (04/06/2017).
“Queridos hermanos,
Quisiera agradecer en nombre de nuestra Familia Religiosa, el Instituto del Verbo Encarnado, la gran gracia de haber proclamado el Evangelio de Jesucristo en Atenas, como en su momento lo hizo el Apóstol San Pablo en la cima del Areópago, cuando los atenienses escucharon por primera vez hablar de la resurrección de la carne y de la encarnación del Logos (cf. Hech. 17,16-34).
Por un designio especial de la Divina Providencia, del Espíritu Santo que sopla donde quiere y cuando quiere, nuestro Instituto asumió la cura pastoral en esta Iglesia que lleva el nombre del gran Apóstol de los Gentiles, el gran Apóstol del mundo helénico y no solamente…
Nuestro agradecimiento a Mons. Nikólaos Fóscolos, Arzobispo Emérito de Atenas, por haber acogido nuestra Congregación en al año 2008. Nuestro agradecimiento también a Mons. Sebastianos Rossolatos, Arzobispo de Atenas, por darnos la oportunidad de continuar nuestro apostolado en esta parroquia durante tres años.
Nuestro agradecimiento también a todos los sacerdotes de la Arquidiócesis, a los religiosos y religiosas de las diversas Congregaciones, fieles laicos y benefactores, que durante los años de nuestra presencia aquí nos apoyaron de palabra y obra, pero principalmente con sus oraciones, a realizar la obra evangelizadora propia de nuestro carisma.
Nuestro agradecimiento especial a los parroquianos de Kifissia, a Ustedes queridos amigos, porque sin vuestra colaboración y apoyo, nuestra labor pastoral no hubiese dado tantos frutos.
Nos toca hoy concluir un ciclo. El futuro seguramente nos tiene preparado uno mucho mejor, en el cual podremos realizar plenamente ese deseo inspirado de nuestro fundador, el P. Carlos Buela, de tener en Atenas una casa “alquilada, prestada… cómo Dios diga. Podrán ir allá los alumnos de la Licenciatura de Biblia para estudiar griego y hebreo. Posiblemente podrán ir seminaristas, no a estudiar griego sino a conocer Grecia y también, durante las vacaciones, todos los que puedan, los que quieran, incluso los sacerdotes. El mundo griego está muy relacionado con el nuestro, es la base de nuestra cultura”,[1] y a la vez continuar con la proclamación del Evangelio, desde los “Areópagos modernos”,[2] iluminando la vida de nuevas generaciones de hombres.
Que Nuestra Señora de Luján, cuya imagen nos ha acompañado en este templo durante tantos años, nos ayude a completar la obra que el Señor nos ha encomendado”.
[1] Homilía del 1º de octubre de 2007 publicada bajo el título “El mundo griego”.
[2] Cf. San Juan Pablo II, Redemptoris Missio, 37.
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